
Cuando Juan Soto firmó su lucrativo contrato con los Mets, al principio pareció una pérdida devastadora para los Yankees.
Perder a un talento generacional—especialmente a manos de un rival de la misma ciudad—fue un golpe difícil de asimilar. Sin embargo, al analizarlo más a fondo, la decisión de los Yankees de evitar un compromiso financiero a largo plazo con un solo jugador podría resultar beneficiosa.
En lugar de atarse a un contrato gigantesco que se extendería hasta finales de la carrera de Soto, los Yankees optaron por una estrategia de plantilla más equilibrada. Firmaron al lanzador estelar Max Fried con un contrato de ocho años y $218 millones, incorporaron a Cody Bellinger para reforzar la alineación y la defensa, y adquirieron al veterano primera base Paul Goldschmidt para aportar un impulso a corto plazo. Esta estrategia no solo añade profundidad, sino que también brinda mayor flexibilidad en la plantilla.
Un ejecutivo de la MLB le dijo a Jorge Castillo de ESPN que el enfoque de los Yankees podría ser una jugada más inteligente a largo plazo. Aunque Soto es una superestrella, su contrato conlleva riesgos significativos. Las lesiones, el bajo rendimiento o una eventual carga financiera podrían convertirse en problemas. Mientras tanto, los Yankees han emparejado a Fried con Gerrit Cole para formar uno de los mejores dúos de lanzadores de la liga, mientras que Bellinger y Goldschmidt aportan poder y versatilidad.
Aunque perder a Soto es un revés, los movimientos de los Yankees en la temporada baja podrían posicionarlos para un éxito sostenido sin la carga de un solo contrato enorme. Si sus nuevas adquisiciones rinden como se espera, podrían salir beneficiados a largo plazo.