
La controvertida decisión de los Boston Red Sox de traspasar a Rafael Devers a los San Francisco Giants ha desatado una ola de críticas, incluidas las de dos de las leyendas más grandes de la franquicia: Manny Ramírez y David Ortiz.
Devers, tres veces All-Star y pieza clave del ataque de Boston, fue transferido el domingo a cambio de dos lanzadores de Grandes Ligas y dos prospectos. Aunque la directiva presentó la operación como una estrategia de renovación, muchos analistas y aficionados lo vieron como el resultado de una relación deteriorada entre el jugador y la gerencia.
En una entrevista con el reportero Héctor Gómez, Manny Ramírez criticó duramente la forma en que el club gestionó la situación.
“Los Red Sox manejaron muy mal lo de Devers,” declaró Ramírez. “Debieron hablar con él desde el principio sobre el cambio de posición y no simplemente imponerlo en los entrenamientos. Eso muestra falta de liderazgo y experiencia.”
Ramírez aseguró que el club “humilló” a Devers al quitarle su puesto en tercera base tras la llegada de Alex Bregman, ganador del Guante de Oro, y convertirlo en bateador designado, a pesar de que Devers había dejado claro su deseo de seguir jugando en la tercera.
Más adelante, cuando Boston le pidió cubrir la primera base tras la lesión de Triston Casas, el dominicano reaccionó públicamente contra la directiva.
Por su parte, David Ortiz ofreció su visión crítica en una entrevista con el periodista Yancen Pujols. Ortiz sugirió que el ego de Devers también jugó un papel en el conflicto:
“Nadie es indispensable. La única forma de serlo es haciendo las cosas bien en todos los aspectos… El peor enemigo de un jugador es su ego. Y los equipos saben qué hacer con eso: lo compran.”
Ortiz, quien trabajó con Devers durante los entrenamientos de primavera, lamentó que su consejo no fuera escuchado. Él mismo pasó a ser bateador designado a los 28 años, la misma edad que Devers.
El traspaso de Devers podría marcar el fin simbólico de una era en los Red Sox, mientras la afición lamenta la salida de uno de sus bateadores más talentosos.
Con figuras como Ramírez y Ortiz sumándose a las críticas, crecen las dudas sobre el liderazgo y el rumbo de la franquicia.