
Los aficionados de los New York Mets están expresando su frustración con Juan Soto, ya que la prolongada mala racha del jardinero estrella y su aparente falta de urgencia están poniendo a prueba su paciencia.
Durante el partido del viernes contra los Dodgers de Los Ángeles, Soto fue abucheado en el Citi Field tras terminar el juego de 0-5, incluyendo un ponche crítico en la décima entrada que desperdició una oportunidad de dejar en el terreno al rival. El momento subrayó la creciente presión sobre el jugador de 25 años, cuyo contrato de $300 millones por 15 años viene acompañado de expectativas altísimas—y poca tolerancia a los baches prolongados.
Los problemas de Soto en mayo han sido evidentes: un promedio de bateo de .229, solo 16 hits en 70 turnos, y ni un solo jonrón en más de dos semanas. Aunque las malas rachas son parte del juego, los seguidores de los Mets se han vuelto cada vez más críticos con su pasividad en el plato, especialmente tras una reciente serie ante los Medias Rojas de Boston donde observó seis strikes consecutivos sin hacer swing, lo que resultó en dos ponches sin intentar. “Una cosa es estar en mala racha, y otra actuar como si no te importara”, dijo un fanático, reflejando el sentimiento que se propaga entre la afición.
La situación recuerda al difícil inicio de Francisco Lindor en Nueva York, donde el campocorto fue abucheado implacablemente antes de ganarse al público con esfuerzo y producción constante. Ahora, Soto se encuentra en una prueba similar. “Jugar aquí no es fácil”, comentó Lindor a principios de la temporada. “Tienes que ganarte cada aplauso”.
A pesar de las críticas, hay optimismo de que Soto pueda recuperarse. Su historial como tres veces All-Star y campeón de la Serie Mundial sugiere que tiene resiliencia, pero el camino hacia la redención exige urgencia. “Tendrá que esforzarse el doble para recuperar la confianza”, opinó un analista deportivo local. “Con 14 años restantes en su contrato, los reflectores no se apagarán pronto”.
Por ahora, el reto de Soto es claro: encender su bate, aumentar su entrega y silenciar los abucheos—o enfrentarse a un largo camino en el mercado más exigente dela liga.